En mi
experiencia como docente frente a grupo, me he percatado que muchos maestros se
evocan a la instrucción de asignaturas de español y matemáticas, pasando a
segundo plano la enseñanza de asignaturas como ciencias naturales, historia,
geografía y formación cívica.
Es
precisamente la asignatura de historia una de las que para mí representa mayor
dificultad y esto deriva en una deficiente apropiación de los temas que se
presentan en el plan de estudios.
La forma
más sencilla y clara de entender el tiempo histórico es "viéndolo".
Si "plasmamos" el tiempo en
una imagen se puede adquirir mayor conciencia del transcurso temporal. Las
líneas del tiempo se utilizan precisamente para entender, a través de la
visualidad, el tiempo histórico.
Es por
eso que en esta publicación propongo el uso de la Línea del Tiempo como
estrategia para la enseñanza de la historia.
¿En qué
consiste? Es un recurso gráfico en el cual es posible:
ØRepresentar
los hechos y las épocas históricas, así como su secuencia y duración.
ØIlustrar
la continuidad y los momentos de ruptura más relevantes de la historia.
ØRelacionar
y comparar distintos acontecimientos en diversas épocas de la historia y
lugares del mundo.
ØRecapitular
hechos.
ØRevisar
rápidamente la historia del país.
¿Por qué
es importante? Porque permite a los niños trabajar con la noción del tiempo
histórico y adquirir un esquema de ordenamiento cronológico, al ver la
secuencia y relación entre diversos sucesos y procesos.
Se sugieren dos tipos de líneas
del tiempo:
• La mural que se fija en la
pared y que se completará a lo largo del año.
• Líneas referentes a periodos
específicos, una vez que los niños lo hayan ubicado en la línea mural, la cual
pueden hacer en sus cuadernos. Es importante que la línea permanezca a la vista
de los alumnos durante todo el ciclo escolar.
Para
hacer la línea-mural del tiempo se sugieren las siguientes actividades:
• Fijar
en la pared del salón de clases una tira hecha con papel grueso dividida en
espacios proporcionales que corresponderán a los siglos; cada siglo, a su vez,
se dividirá en espacios que correspondan a una o dos décadas, según lo permita
la longitud de la tira. Al comenzar a anotar, durante la clase, el número que
corresponde a cada siglo es conveniente iniciar por el xxi e indicar a los
niños que éste es el siglo en el que vivimos, a partir de ahí se debe iniciar
la cuenta regresiva hasta llegar al punto de partida de nuestro calendario. Al
llegar aquí, deberá explicarse con ejemplos y ejercicios que en nuestro
calendario el tiempo se divide en dos eras: antes de cristo (a. De c.) Y
después de cristo (d. De c.), y continuar anotando el número del siglo
correspondiente hasta donde lo permita la línea.
• Abajo
de esa división se representarán las épocas o periodos de la historia de México:
Prehispánica, Colonia, Independencia y Primeros Gobiernos, Reforma Liberal,
Porfiriato, Revolución Mexicana y Época Contemporánea. El espacio que ocupe
cada una debe ser proporcional a su duración aproximada (en el caso del periodo
prehispánico
sólo se debe procurar que el espacio que ocupe sea más largo que los otros,
pues es muy difícil representar proporcionalmente su duración en el espacio del
salón de clases). Es conveniente que cada época, además de su denominación, se
distinga con un color, de tal manera que al observar la línea del tiempo el
niño pueda percatarse de la secuencia de las diversas épocas y de su diferente
duración.
• Abajo de la línea
se pueden fijar pliegos de papel resistente para pegar ahí los dibujos, las
fotografías o los textos breves, representativos de los hechos históricos del
periodo que el grupo decida incluir al estudiarlo. Esta franja se elaborará a
lo largo del año escolar y no en una sola sesión, salvo si la línea se elabora
al final del año, sólo para recapitular lo estudiado.
Es muy importante
que esta línea permanezca a la vista de los niños durante todo el año para
recurrir a ella cada vez que se requiera. El maestro debe diseñar actividades
adecuadas para que los niños la utilicen (ubicación de hechos, localización de
épocas anteriores y posteriores, cálculo de la duración de una época y
comparación con otras, etcétera). En particular, convendrá estimular la
reflexión y la discusión acerca de cuáles son los acontecimientos más
importantes o significativos que merecen registrarse en las líneas del tiempo y
la forma de representarlos.
Al concluir el
estudio de una época, la línea del tiempo puede servir para recapitular; igualmente,
al terminar el curso permitirá una revisión rápida de la historia del país.
Pueden elaborarse
también líneas referentes a periodos específicos, una vez que los alumnos hayan
ubicado el periodo en la línea-mural. El libro contiene una línea del tiempo al
inicio de cada bloque, también es conveniente que a lo largo del año se
elaboren otras líneas: del siglo xix o del xx, por ejemplo.