domingo, 20 de abril de 2014

En mi experiencia como docente frente a grupo, me he percatado que muchos maestros se evocan a la instrucción de asignaturas de español y matemáticas, pasando a segundo plano la enseñanza de asignaturas como ciencias naturales, historia, geografía y formación cívica.

Es precisamente la asignatura de historia una de las que para mí representa mayor dificultad y esto deriva en una deficiente apropiación de los temas que se presentan en el plan de estudios.
La forma más sencilla y clara de entender el tiempo histórico es "viéndolo". Si  "plasmamos" el tiempo en una imagen se puede adquirir mayor conciencia del transcurso temporal. Las líneas del tiempo se utilizan precisamente para entender, a través de la visualidad, el tiempo histórico.
Es por eso que en esta publicación propongo el uso de la Línea del Tiempo como estrategia para la enseñanza de la historia.

¿En qué consiste? Es un recurso gráfico en el cual es posible:
ØRepresentar los hechos y las épocas históricas, así como su secuencia y duración.
ØIlustrar la continuidad y los momentos de ruptura más relevantes de la historia.
ØRelacionar y comparar distintos acontecimientos en diversas épocas de la historia y lugares del mundo.
ØRecapitular hechos.
ØRevisar rápidamente la historia del país.

¿Por qué es importante? Porque permite a los niños trabajar con la noción del tiempo histórico y adquirir un esquema de ordenamiento cronológico, al ver la secuencia y relación entre diversos sucesos y procesos.

Se sugieren dos tipos de líneas del tiempo:
• La mural que se fija en la pared y que se completará a lo largo del año.
• Líneas referentes a periodos específicos, una vez que los niños lo hayan ubicado en la línea mural, la cual pueden hacer en sus cuadernos. Es importante que la línea permanezca a la vista de los alumnos durante todo el ciclo escolar.

Para hacer la línea-mural del tiempo se sugieren las siguientes actividades:

• Fijar en la pared del salón de clases una tira hecha con papel grueso dividida en espacios proporcionales que corresponderán a los siglos; cada siglo, a su vez, se dividirá en espacios que correspondan a una o dos décadas, según lo permita la longitud de la tira. Al comenzar a anotar, durante la clase, el número que corresponde a cada siglo es conveniente iniciar por el xxi e indicar a los niños que éste es el siglo en el que vivimos, a partir de ahí se debe iniciar la cuenta regresiva hasta llegar al punto de partida de nuestro calendario. Al llegar aquí, deberá explicarse con ejemplos y ejercicios que en nuestro calendario el tiempo se divide en dos eras: antes de cristo (a. De c.) Y después de cristo (d. De c.), y continuar anotando el número del siglo correspondiente hasta donde lo permita la línea.

• Abajo de esa división se representarán las épocas o periodos de la historia de México: Prehispánica, Colonia, Independencia y Primeros Gobiernos, Reforma Liberal, Porfiriato, Revolución Mexicana y Época Contemporánea. El espacio que ocupe cada una debe ser proporcional a su duración aproximada (en el caso del periodo prehispánico sólo se debe procurar que el espacio que ocupe sea más largo que los otros, pues es muy difícil representar proporcionalmente su duración en el espacio del salón de clases). Es conveniente que cada época, además de su denominación, se distinga con un color, de tal manera que al observar la línea del tiempo el niño pueda percatarse de la secuencia de las diversas épocas y de su diferente duración.
• Abajo de la línea se pueden fijar pliegos de papel resistente para pegar ahí los dibujos, las fotografías o los textos breves, representativos de los hechos históricos del periodo que el grupo decida incluir al estudiarlo. Esta franja se elaborará a lo largo del año escolar y no en una sola sesión, salvo si la línea se elabora al final del año, sólo para recapitular lo estudiado.

Es muy importante que esta línea permanezca a la vista de los niños durante todo el año para recurrir a ella cada vez que se requiera. El maestro debe diseñar actividades adecuadas para que los niños la utilicen (ubicación de hechos, localización de épocas anteriores y posteriores, cálculo de la duración de una época y comparación con otras, etcétera). En particular, convendrá estimular la reflexión y la discusión acerca de cuáles son los acontecimientos más importantes o significativos que merecen registrarse en las líneas del tiempo y la forma de representarlos.
Al concluir el estudio de una época, la línea del tiempo puede servir para recapitular; igualmente, al terminar el curso permitirá una revisión rápida de la historia del país.
Pueden elaborarse también líneas referentes a periodos específicos, una vez que los alumnos hayan ubicado el periodo en la línea-mural. El libro contiene una línea del tiempo al inicio de cada bloque, también es conveniente que a lo largo del año se elaboren otras líneas: del siglo xix o del xx, por ejemplo.


Es recomendable que los niños elaboren líneas del tiempo en su cuaderno o en otro material, paralelamente a la realización de la línea-mural.